Aprendiendo a ir al baño

Uno de los problemas más frecuentes es enseñarle al perro a ir al baño en el lugar que queramos. Muchas veces llegamos a casa agotados por la escuela o el trabajo, y solo queremos tumbarnos en el sillón un rato y descansar, pero en cambio tenemos que tomar papel y el trapeador para limpiar los desechos de nuestro perro.

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“Nuestra reacción natural al ver los desechos del perro es regañarlo inmediatamente”.

Este es un problema común, ya que está en su naturaleza no retener sus desechos y hacer donde se les haga más cómodo sin la supervisión de un dueño.

Aquí es donde nos equivocamos y no nos damos cuenta. Nuestra reacción natural al ver los desechos del perro es regañarlo inmediatamente. Comúnmente escuchamos a dueños  decir “entro a la casa y lo regaño porque se orinó”, “veo su cara de culpable,” “sabe que algo hizo mal”, cuando en realidad el perro solo tiene miedo del regaño.

Estamos mal desde el inicio, no sabemos hace cuánto tiempo el perro hizo sus necesidades, en estos casos ya se perdió el tiempo de asociación con “ir al baño y regaño”, solamente nos ve entrar enojados y por eso “se ven culpables”. Los perros son expertos en lenguaje corporal y puede identificar que se aproxima un regaño.

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“No existe una cura milagrosa para enseñarle al perro a ir al baño, y si la hay… no viene en una lata”.

Mitos del entrenamiento:

Nariz en desechos: es de las más comunes y de las más equivocadas. Aunque nos parezca lógico, restregarle la nariz al perro en su orina o sus heces no funciona de la misma manera en la cabeza del perro. Someterlos de esta manera solo los pondrá en un estado de pánico que lo desconecta con dicha situación, y jamás lo relacionará con aprender a ir al baño, solo le estamos dando razones para que se vea más culpable la próxima vez.

Atrayentes en spray: no existe una cura milagrosa para enseñarle al perro a ir al baño, y si la hay no viene en una lata. Estos productos por lo general tienen hormonas de otros perros o animales, esto solo desencadena a que tu perro marque su territorio pensando que otra criatura lo hizo antes que él, y no está aprendiendo a ir al baño.

Repelentes en spray: se usan con la idea de que el perro no va a orinar donde rociemos el spray. Estos productos generalmente contienen citronela, la cual es un buen disuasorio para los perros, sin embargo, al igual que estos remedios milagrosos, no arreglan el problema, solo harán que el perro encuentre otro lugar dónde defecar u orinar.

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¿Cuál es la manera correcta de enseñarle?

Es importante entender que tenemos alrededor de 2 segundos para que nuestro perro relacione su acción con una conducta positiva o una negativa (si nos pasamos de este margen de tiempo, el perro no solo no entenderá el regaño y también estaremos afectando nuestra relación con él), por lo tanto es decisivo tomar al perro en el acto y regañarlo verbalmente gritando ¡NO! en lo que lo llevamos al lugar donde queremos que haga. En este momento es normal que el perro no quiera hacer inmediatamente, hay que ser pacientes, pero cuando haga en el lugar que queremos es importante festejárselo, hacerle un refuerzo positivo.

De esta forma estamos regañando el mal comportamiento pero felicitando el bueno, dejándole claro a nuestra mascota qué es lo que queremos de él. Cuando salgamos de casa y no haya alguien cuidando a nuestro perro, habrá que dejarlo en algún lugar donde no haya problema que orine o defeque.

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“Siguiendo esta información mejorará la relación con tu perro, y la calidad de vida de ambos”.

Si quieres conocer más sobre la comunicación entre tú y tu perro, lee nuestro artículo Desconexión Milenaria, ahí abordamos el tema de la naturaleza canina en el ambiente contemporáneo.

ESCRITO POR:

THOMAS M. WRIGHT

EXPERTO EN CONDUCTA CANINA & ENTRENADOR PROFESIONAL